Aprender y enseñar idiomas
 

Aprender y enseñar idiomas


La diversidad lingüística y cultural de nuestro mundo es uno de los mejores patrimonios de que disponemos. Además, conocer otras lenguas nos abre muchas puertas en el mundo actual.

Según "Etnologue" (Grimes, 1992) en el mundo hay 6.528 idiomas vivos. A pesar de que los expertos aún están descubriendo nuevos idiomas en zonas del mundo como África central, el Amazonas o Nueva Guinea, aunque hay discusiones sobre si determinadas hablas son dialectos o lenguas, sí que podemos concluir que la diversidad lingüística y cultural de nuestro mundo es uno de los mejores patrimonios de que disponemos.

Por eso es necesario proteger a las lenguas minoritarias de su desaparición. Se dice que hay 3.000 de estas lenguas en riesgo de desaparecer. Tantas estadísticas económicas que hacemos para evaluar la riqueza de las naciones y a menudo no nos damos cuenta de que la muerte de una lengua sí que es realmente la pérdida de riqueza de toda la humanidad.

Ahora bien, el hecho es que también está demostrado que la inmensa mayoría de la población mundial tiene capacidad de hablar más de una lengua con una cierta naturalidad, es decir, que es bilingüe o multilingüe. Una de estas lenguas, la materna, es la más importante para el individuo. Pero la otra o las otras lenguas que los ciudadanos dominan, son utilizadas con toda naturalidad como instrumento vehicular y, normalmente, sin competencia o conflicto con el uso de la lengua materna.

Aunque uno de cada cuatro estados reconoce dos o más lenguas oficiales, lo cierto es que toda África y la mayor parte de Asia incluida Rusia son multilingües y, en Europa Occidental, sólo Islandia no tiene minorías lingüísticas. El caso de España es ya conocido, con 4 lenguas, aunque algunas reciben políticamente denominaciones diversas.

Teniendo en cuenta las segundas lenguas, podemos confirmar que el inglés es la lengua más hablada actualmente, con 800 millones de hablantes, y que el español es dominado por 350 millones de personas, al mismo nivel que el hindú y por encima del ruso, con 290 millones.

La lengua inglesa parece destinada a convertirse en la lengua franca mundial, sobretodo en el mundo de los negocios, las tecnologías (80% de los correos electrónicos) y la ciencia (45% de las publicaciones científicas) A pesar de eso el español está teniendo una proyección internacional tan potente que la comunidad hispanohablante no sólo tiene y tendrá un peso sociocultural de primer orden, sino que también tiene y tendrá una dimensión económica y política de primera magnitud. No sólo en España y Latinoamérica, sino también en los Estados Unidos de América.

De todos modos, si hemos tratado en este primer Dossier monográfico de Educaweb la cuestión de los idiomas no es sólo para conocer la realidad sociolingüística mundial, sino para dar a conocer a la comunidad educativa (estudiantes, padres y madres, profesorado y directivos de centros) la importancia de enseñar y aprender correctamente idiomas extranjeros, más allá de dominar a la perfección la lengua propia.

El dominio del inglés para un profesional que pretende trabajar en una empresa con una mínima vocación exportadora o que forma parte de un grupo más amplio, no sólo es un "must" para entrar en las selecciones de personal, sino que será una competencia indispensable y un instrumento básico de comunicación y negocio. La administración pública, tiene cada vez más la necesidad de participar en proyectos o fondos europeos donde intervienen personas que hablan diversas lenguas y donde no es conveniente estar en inferioridad de condiciones. El tercer sector, cada vez más "globalizado" requiere también un profesional y voluntarios que dominen el inglés como lengua diaria.

Esto no le resta importancia al hecho que el dominio del español es una ventaja diferencial importantísima que tenemos respecto a otros países. Pero nos hemos de acostumbrar a entender que hablar bien inglés no es sólo interesante sino indispensable.

Por eso los centros educativos y, por tanto, sus directivos, pero también el profesorado, deben incorporar esta dimensión como una de las variables docentes clave para la próxima década. Tanto de centros públicos como privados y concertados.

El aumento de la demanda y, por tanto, de la oferta de centros monolingües en inglés, francés o alemán, o de centros bilingües (lengua propia e inglés y otra lengua) no hace más que evidenciar la sensibilización de muchos padres y madres por esta cuestión.

El reto, a nuestro entender, sería compatibilizar la enseñanza normal en la lengua propia con el conocimiento a la perfección - el dominio real- de como mínimo, otra lengua extranjera, normalmente el inglés.

Por eso se deben favorecer unos libros, diccionarios, materiales y recursos docentes óptimos, de calidad y pensados en este sentido y para cada segmento de edad y tipología de alumnos. No vale aplicar, por ejemplo, libros pensados para adultos a adolescentes. No vale tener ejercicios pensados más para evaluar que para enseñar. No vale no tener en cuenta la oferta de formación multimedia y online de idiomas para la tarea docente. No vale no dar la oportunidad desde los centros para hacer estancias largas al extranjero. Es necesario, sobre todo, tener un profesorado preparado y, realmente dominador no sólo de la lengua extranjera, sino también de las técnicas pedagógicas.

Ahora que los últimos decretos ministeriales y de los departamentos autonómicos con competencias exclusivas en materia de enseñanza han aumentado el número de horas semanales de inglés, merece la pena aprovechar la ocasión para hacerlo mejor.

En el caso de la universidad, probablemente, la mejor recomendación es dar por supuesto el conocimiento del inglés, como mínimo a nivel de lectura y oral. Si no se parte de esta premisa nos cerramos las puertas a la lectura de los últimos textos e investigaciones y a la visita de científicos, profesores y profesionales. Es evidente que la universidad puede facilitar el aprendizaje de los idiomas extranjeros, aunque, a mi entender, ésta debería ser una prioridad individual de alumnos y también de profesores, apoyada, sí acaso, por el soporte infraestructural de los centros superiores.

Finalmente, la oferta de formación continua cada vez será más online y en alguna de las grandes lenguas mundiales, especialmente el inglés. Por eso, poder trabajar y formarse con facilidad en inglés o en alguna otra lengua extranjera es más que necesario. Es indispensable para la mayoría de nosotros. 

 
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